Knossos
Una apasionante experiencia hoy irrepetible. Si Arthur Evans, a principios del siglo XX, no hubiese pasado por encima del prurito de arqueólogos ortodoxos (que nunca han amado la Arquitectura) levantando estas maravillas, ¿qué encontraríamos ahora? Cuatro piedras desparramadas por el suelo, como en casi toda Grecia.